Cuando nuestro cuerpo se prepara para enfrentar una
situación difícil produce hormonas que lo ponen en estado de alerta, algunas reacciones que podemos observar son el
aumento de latidos en nuestro corazón, la respiración se hace irregular, el
tono muscular aumenta y las pupilas se dilatan.
Cuando el eustrés se convierte en distrés es importante a acudir a terapia psicológica para que nos ayude a manejar las alteraciones físicas y emocionales que se pueden manifestar como son:
Físicas
v Dolor
de cabeza.
v Tensión
en cuello.
v Morderse
los labios
v Tics.
v Dolor
de estomago.
v Malestar
en la garganta.
v Sudoración.
v Dolor
en espalda alta.
v Dolor
en articulaciones.
v Temblor
en el cuerpo.
v Respiración
pausada.
v Cansancio.
v Ardor.
v Bajar/Subir
de peso.
v Taquicardia.
v Manos
frías.
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Emocionales
v Dificultad para concentrarse.
v Problemas
de memoria.
v Pesadillas.
v Pensamientos
catastróficos.
v Lentitud
de pensamiento.
v Irritabilidad
v Cambios
de humor
v Ataques
de pánico.
v Insomnio.
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Estos síntomas son señales que nuestro cuerpo nos da para avisarnos que esta estresado y necesita ser atendido por un psicólogo; si no manejamos el estrés, nuestro cuerpo será más vulnerable a contraer enfermedades como: gastritis, colitis, úlceras, migraña, contracturas musculares, artritis, hipertensión arterial, alergias, asma, diabetes mellitus, infartos y cáncer, entre otras.
Es
importante mencionar que las razones por
las que nos estresamos provienen de diversas situaciones que enfrentamos
en la vida cotidiana, estas pueden ir desde presentar un examen en la escuela,
la falta de dinero, exceso de trabajo o incluso manejar en el tráfico de la
ciudad, cabe destacar que no necesariamente debe ser una situación
desagradable, también los cambios positivos, por ejemplo, un ascenso en el
trabajo también genera reacciones en nuestro cuerpo.
Las
principales fuentes de estrés son de tipo ambiental, familiar, laboral y
personal.
· Ambientales: Tráfico, transporte público, ruido, desorden,
economía, falta de tiempo, inseguridad, condiciones de trabajo.
·
Familiares: Poco tiempo con la familia, falta de comunicación,
problemas de otros familiares, conflictos conyugales, enfermedad o muerte de
algún familiar.
· Laborales: llegar tarde, carga de trabajo, fechas límite de
entrega, conflictos laborales, condiciones de trabajo, relaciones con
compañeros, desempleo, jornadas extensas.
· Personales: Que algo me salga mal, no tener el control de la
situación, enfermedades, insatisfacción, forma de pensar.
Aunque se han mencionado las causas que se consideran como los principales detonadores de estrés en las personas, lo cierto es que nuestra forma de percibir las cosas puede marcar la diferencia entre estresarnos o no. Por ejemplo, puede ser que hayamos realizado un excelente trabajo pero si somos de las personas que siempre vemos el lado negativo de las cosas, entonces no podremos reconocer nuestro logro, encontraremos como recriminarnos y por lo tanto nos estresaremos; en contraste, si tuvimos un “tropiezo” en nuestro trabajo pero lo vemos como una oportunidad para mejorar y cambiar las cosas entonces lo más probable es que no nos estresemos.
Para saber sobre este tema ingresa a http://www.psicologosdemexico.com/ a la seccion de terapia para el estrés.
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